Roger Federer: desde Suiza, la leyenda viviente

El hombre que ha superado los récords de todos los grandes tenistas de la historia llega por primera vez a nuestro país para jugar un partido de exhibición, comer asado y visitar la cancha de Boca. Antes, dialogó con El Planeta Urbano en una entrevista única y exclusiva para la Argentina.

El tenis es un deporte individualista. Cada jugador que entra en una cancha lo hace sólo por él, sólo por vencer al rival que tiene del otro lado de la red y que piensa exactamente lo mismo. Los espectadores, los “hinchas”, idolatran a los ganadores de igual manera que los odian cuando pierden. Sólo un jugador de la actualidad ha logrado que todos los que lo ven jugar quieran que gane. Ese es Roger Federer, que con su juego clásico y su sonrisa siempre dispuesta se ha ganado el fervor de todos los públicos del mundo, incluso cuando juega contra un connacional. Aunque en sus comienzos rompió alguna raqueta, hoy Roger es un ejemplo de comportamiento dentro de una cancha, festejando juiciosamente cuando gana o compartiendo la felicidad de su ocasional vencedor.

 

“5 son los oponentes más difíciles que he tenido a lo largo de mi carrera, sin un orden especial: Rafael Nadal, Novak Djokovic, Lleyton Hewitt, David Nalbandian y Andy Murray”.

Nació en Binningen, una pequeña población cercana a Basilea, el 8 de agosto de 1981, hijo de Robert Federer y de Lynette, una sudafricana a quien su padre conoció en 1970 trabajando para la sucursal Ciba-Geigy de Johannesburgo. De niño practicó todo tipo de deportes, desde básquet, bádminton y ping-pong hasta fútbol. Cuando tenía 10 años comenzó a entrenar en privado con Adolf Kacovsky en el Club de Tenis Old Boys, y se decidió definitivamente por el tenis. En los Juegos Olímpicos de Sídney conoció a su esposa, la tenista eslovaca Mirka Vavrinec, con quien se casó en 2009 y quien es la madre de sus hijas Myla Rose y Charlene Riva.

 

Terminó el año 1998 como número 1 del Ranking Mundial Junior tras haber ganado Wimbledon, Orange Bowl (le ganó la final a Guillermo Coria) y perder la final del US Open ante David Nalbandian. Ese año comenzó su carrera profesional y hasta el momento ha jugado ininterrumpidamente, habiendo ganado siete veces Wimbledon, cinco el US Open, cuatro el Abierto de Australia y una vez Roland Garros. También ganó para Suiza la medalla dorada en dobles en los Juegos Olímpicos de Pekín 2008.

 

El suizo Roger Federer es hoy una leyenda viviente porque a sus 31 años ha superado los récords de todos los grandes tenistas de la historia 17 Grand Slam, en todas las superficies (tierra batida, césped y pista dura), 302 semanas en el primer lugar del ranking mundial, 237 de ellas consecutivas.

 

Pero, a pesar de ello, a pesar de los millones de dólares ganados tanto por premios oficiales (más de 76.000.000) como por contratos publicitarios, Roger es un tipo simple que anuncia su viaje a la Argentina para jugar un par de exhibiciones con dos pedidos modestos: “Quiero comer un asado y conocer la cancha de Boca”. Juan Martín del Potro, uno de sus principales rivales de los últimos años, le regaló una camiseta del club xeneize con la inscripción Roger en la espalda y el número 10. También, Agustín Pichot le acercó la de Los Pumas autografiada por los titulares.

 

Durante el Master de Londres, El Planeta Urbano tuvo la oportunidad de entrevistarlo para tratar de entrever alguno de los motivos por los cuales este suizo es el mejor tenista de la historia, reconocido tanto por los ex jugadores como por sus rivales de la actualidad.

 

–¿Cómo hace para soportar las presiones de un ambiente tan competitivo como el tenis?

 

–Las presiones son algo con lo que uno fue creciendo y debiendo aceptar como parte de las maravillosas cosas que componen un deporte tan competitivo como el tenis. Billie Jean King dijo una vez que la presión es un privilegio, y yo estoy de acuerdo con ella. Encuentro que la presión hace que te desafíes a vos mismo y ha sido parte de la fórmula que me obliga a superarme en el juego.

 

–Habiendo ganado todo en el tenis, ¿cómo logra motivarse ante cada nuevo torneo?

 

–Nunca he tenido problemas para motivarme. Cuando empecé a jugar siendo un niño, lo hacía por diversión, y aunque han pasado muchos años, hoy sigo jugando por la misma razón. Amo el juego y me resulta muy divertido viajar por todo el mundo haciendo algo que me gusta.

 

–¿Cómo ve su futuro una vez finalizada su etapa de jugador?

 

–Afortunadamente me quedan unos pocos años más para jugar y tengo la esperanza de seguir involucrado en el deporte en alguna actividad. Pero también tendré más tiempo para compartir con mi familia en Suiza y para trabajar en mi Fundación para ayudar a los más necesitados. También me gustan los negocios y me veo involucrado en algunos negocios en diferentes partes del mundo. 

(N. de la R.: Roger Federer creó en 2003 la fundación que lleva su nombre y que se dedica a financiar distintos proyectos humanitarios, dirigidos sobre todo a niños, principalmente en Sudáfrica, lugar de nacimiento de su madre. Este año, con los aportes de la fundación, se han beneficiado aproximadamente 14.000 niños de Sudáfrica, 16.000 de Zimbabwe, 10.000 de Zambia, 5.500 de Botswana, 6.500 de Malawi, 3.500 de Etiopía y 150 de Suiza).

 

–¿Qué puede decir de los jugadores argentinos a los que se ha enfrentado?

 

–Me ha tocado jugar con unos cuantos jugadores argentinos y algunos de ellos se convirtieron en verdaderos rivales, como David Nalbandian y Juan Martín del Potro. Son jugadores poderosos y talentosos que han brillado en el ATP Tour.

 

–Más allá de los logros deportivos y económicos que consiguió en su carrera, ¿qué es lo que se perdió por el tenis?

 

–Por culpa del tenis y de los miles de viajes que he hecho he perdido el estar en Suiza con mi familia y mis amigos. También siempre amé esquiar y en los últimos cinco años no he pisado una pista por miedo a lesionarme y no poder cumplir con mis obligaciones tenísticas. Estoy seguro de que uno de los lugares donde la gente podrá encontrarme cuando deje el tenis es en alguna pista de esquí.

 

–¿Le gustaría que alguna de sus hijas fuera jugadora de tenis profesional?

 

–Voy a apoyar a mis hijas en cualquier deporte que quieran practicar, así sea por recreación o en el nivel profesional. Obviamente el hecho de que tanto mi mujer como yo seamos tenistas profesionales les dará fácil acceso a un buen aprendizaje, pero no haré ninguna presión para que ellas sigan nuestros pasos.

 

–¿A qué tenista ha admirado?

 

–Siempre admiré a Stefan Edberg, tanto por su gran estilo de juego como por su caballerosidad deportiva.

 

–Luego de haber sido elegido el hombre más confiable del mundo después de Nelson Mandela, ¿qué siente que la gente espera de usted?

 

–Mi esperanza es que el día de mañana se me recuerde como un amante del deporte y del fair play.

 

–¿Cuál es el torneo que más le gusta ganar?

 

–Sin duda Wimbledon, donde gané mi primer Grand Slam Junior (1988) y donde tuve mi primer gran triunfo sobre un grande como Pete Sampras (2001). Allí también gané mi primer Grand Slam (2003) y rompí el récord de Pete Sampras de máximo ganador (2009).

 

–¿Cuál sería la lista de los cinco oponentes más difíciles que ha enfrentado?

 

–Sin un orden especial, los cinco oponentes más difíciles que he tenido a lo largo de mi carrera son Rafael Nadal, Novak Djokovic, Lleyton Hewitt, David Nalbandian y Andy Murray. (N. de la R.: De esos cinco rivales, el único con el que tiene un récord negativo es con Rafael Nadal: 10 triunfos para Federer y 18 para el español. Con Djokovic está 16-13, 18-8 con Hewitt, 11-8 con Nalbandian y empata 10 a 10 con el escocés Murray).

 

–¿Cuáles son sus planes y objetivos para 2013?

 

–En 2013 espero estar a la altura de las circunstancias para que en cada torneo que compita esté en condiciones de ganar el título. Si lo logro como le he logrado en años anteriores, seguramente gozaré como lo he hecho en 2012.

 

–Si bien su carrera ha sido pareja, ¿qué años considera usted que fueron los mejores?

 

–He tenido tantos buenos años a lo largo de mi carrera que me cuesta elegir alguno, pero ciertamente los años en que gané tres Grand Slam y fui finalista en el cuarto son los que resaltan en mi currículum.

 

Simple y claro como en una cancha de tenis, Roger Federer, la leyenda viviente, llega por primera vez a la Argentina a presentarse en dos exhibiciones ante Juan Martín del Potro en Tigre, provincia de Buenos Aires. La expectativa es tan grande que las entradas se agotaron varios meses antes de los partidos. Cuando los juegos terminen, Roger se retirará del estadio con una sonrisa y la seguridad de haber subyugado con su personalidad a miles de argentinos.

 

 

El hombre récord

 

Federer ha ganado un número récord de 17 Grand Slam en individuales, la mayor cantidad que cualquier jugador varón de la historia ha logrado: campeón del Abierto de Australia en cuatro ocasiones, del Torneo de Roland Garros en una ocasión, del Campeonato de Wimbledon (2003, 2004, 2005, 2006, 2007, 2009 y 2012, donde también ha sido finalista en 2008) y del Abierto de Estados Unidos en cinco ocasiones. Es uno de los siete jugadores masculinos en lograr tantos Grand Slam, y el único jugador masculino en la historia del tenis en haber llegado al menos a cinco finales en cada uno de los Grand Slam.

 

17 Grand Slam en todas las superficies (tierra batida, césped y pista dura) y 302 semanas en el primer lugar del ranking mundial, 237 de ellas consecutivas, son algunos de los logros de Federer con sólo 31 años de edad. Un imbatible.

 

 

 

 

 

“En 2013 espero estar a la altura de las circunstancias para que en cada torneo que compita esté en condiciones de ganar el título”.

 

 

Más números aún

 

Roger Federer utiliza raqueta marca Wilson modelo BLX Pro Staff Six One 90. Nike es su patrocinante de indumentaria deportiva utilizando remera de mangas cortas, muñequera de doble ancho en la muñeca derecha, un pañuelo, pantalones cortos tejidos y calzado Nike modelo Vapor 9 Tour SL.

 

En los Juegos Olímpicos de Sídney conoció a su esposa, la tenista eslovaca Mirka Vavrinec, con quien se casó en 2009 y quien es la madre de sus hijas Myla Rose y Charlene Riva.

 

 

 

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