Brad Pitt, lujuria y otros pecados

Estamos tal vez frente al compendio mas completo de pecados capitales reunidos en una sola persona. Elegimos la lujuria para Brad porque es lo que mas lo identifica, y porque muchos de sus testimonios lo sugieren. Los franceses lo dicen “Qui s’excuse s’accuse”. Lean y decidan

Pocas personas deben ser tan asediadas por la prensa mundial como Brad Pitt. Pocas personas deben ser tan envidiadas como él, sólo por dormir todas las noches con Angelina Jolie. Pocas personas desatan tantos sentimientos en los demás: deseo que puede llegar a la lujuria, ambición por parecérsele, soberbia admiración o en un sentido peyorativo desprecio por su soberbia. Y si se transitan desde la oscuridad, no faltaría la ira que produce la imposibilidad de estar cerca de él.

Parecería que sólo la gula y la pereza son los únicos que quedan fuera de su contexto.

Sin duda es la persona que más pasiones desata entre el resto de los mortales. Es por eso que está aquí. Es por eso que su vida es completamente diferente. Es por eso que para poder dar una nota necesita un despliegue de un equipo de seguridad que trabaja durante más de una hora armando una serie de artilugios dignos del agente 007.

Entradas secretas, pasadizos, montacargas. Todo para evadir a los paparazzi. Usa casco de moto y gafas para camuflarse y se entrega a la aventura de atravesar espacios públicos sin ser reconocido, como si de un juego se tratase. Un juego entre macabro y divertido.

Parece complicado, pero es simple: es Brad Pitt, símbolo de belleza y sensualidad que a sus 48 sigue liderando rankings en todo el mundo. Actor consagrado y prolífico, gran colaborador en causas humanitarias y para completar el cuadro, marido de la impactante Angelina Jolie y padre de una numerosa familia que sigue agrandándose.

Desde su pequeño papel en Thelma & Louise, este norteamericano nacido en Oklahoma y criado en Missouri no dejó de crecer delante y detrás de la pantalla grande. Sus rasgos aniñados y esos gestos que se tambalean entre la inocencia y la más descarada insinuación lo llevaron por los senderos de la fama. Y está de más aclarar que Pitt supo respaldar con talento y esfuerzo cada uno de sus papeles.

En su siguiente película, El río de la vida, fue dirigido por Robert Redford, quien consiguió de él una de las mejores interpretaciones de su carrera. Mientras su cotización subía y la calidad de sus papeles era cada vez mayor, continuó apareciendo en pequeñas producciones. La primera nominación al premio de la Academia le llegó con su impecable performance en Doce monos.

Con paso firme, Pitt desarrolló una intere sante trayectoria cinematográfica y fue consolidándose como una de las estrellas más taquilleras de su generación y como símbolo sexual. En su momento cobró la astronómica cifra de diecisiete millones de dólares por la película ¿Conoces a Joe Black? Tal vez hoy suene normal, pero a finales de los 90 no lo era.

                                 

Siguiendo con su filmografía y con su crecientes fama y cachet, se pueden citar filmes entre los que se destacan El Club de la Pelea, Snatch, cerdos y diamantes, The Mexican, Spy Game, Ocean’s Eleven y sus secuelas. Recordando a Jack, Full Frontal, Confesiones de una mente peligrosa, Troya, Sr. y Sra. Smith, Babel, Quémese después de leerse, El curioso caso de Benjamin Button, Malditos bastardos, El árbol de la vida, Moneyball: rompiendo reglas y 8. Además de las tres películas que se encuentran en posproducción: Killing Them Softly, Voyage of Time y Guerra mundial Z.

Cumplidas las formalidades del caso, ya que su carrera cinematográfica es completamente pública, podríamos hacer un repaso por su también superpublicitada vida personal.

Entre los 80 y durante la década de 1990, Pitt estuvo involucrado con varias estrellas de cine como Robin Givens, Juliette Lewis y la espléndida Gwyneth Paltrow.

Pero fue en 1998 cuando conoció a Jennifer Aniston, con quien se casó en una ceremonia privada en Malibú en julio de 2000. Al mejor estilo Pitt, el cortejo fue absolutamente romántico y público (si es que estas dos características pueden complementarse), y el matrimonio, considerado uno de los más sólidos de Hollywood. Y aquí es donde llegamos al punto de inflexión que nos lleva a los que realmente nos compete: la lujuria.

Durante el rodaje de Sr. y Sra. Smith comenzaron a circular rumores de problemas maritales, y Pitt anunció la separación el 7 de enero de 2005. El escándalo mediático se desató, y Angelina Jolie apareció en escena off set como “la otra mujer”. Mientras Jolie y Pitt negaban las acusaciones de adulterio, las especulaciones continuaron durante 2004 y 2005. En una entrevista Jolie declaró:

“Estar íntimamente con un hombre casado, cuando mi padre engañó a mi madre, no es algo que me perdonaría. No podría mirarme al espejo si lo hiciera. Además, no me sentiría atraída hacia un hombre capaz de engañar a su esposa”.

Por su parte Pitt afirmó: “La gente no entiende que la filmación de Sr. y Sra. Smith duró un año. En el transcurso de ese tiempo, Jennifer y yo nos separamos. Después comenzó mi relación con Angelina”.

Qui s’excuse s’accuse?

Pese a los comentarios de la prensa que sostienen que Pitt y Aniston tienen una pésima relación, en una entrevista de febrero de 2009, el actor afirmó que no es así, añadiendo que ambos constituyen una gran parte en la vida del otro.

En fin, lo cierto es que no debe ser fácil ser el centro de las miradas del mundo, tampoco que todo ese mundo especule, comente y juzgue lo que uno hace. Entonces, le vamos a dejar el beneficio de la duda, porque peleas más, peleas menos, ciertamente no cambia en nada el hecho de que Brad está con Angelina desde 2005 y formaron una familia numerosa, si las hay. Entre nuevos rumores de cuartos de hotel donde se escuchaban gritos demasiado fuertes (en todo sentido), y nuevas especulaciones sobre la duración de semejante pasión, la pareja Jolie-Pitt sigue firme hasta hoy. Y si tenemos que hacer honor a la verdad, cuando dos de las criaturas más lindas que pisan la Tierra se juntan, resulta difícil pensar que no van a romper muebles y hacer volar por el aire cualquier objeto que se interponga en su camino. Parecen hijos de dioses del Olimpo, parecen ajenos a lo terrenal… ¿por qué no pueden ser desconsideradamente lujuriosos?

Heredamos los pecados capitales de la religión católica, pero en esta materia Brad Pitt se declara agnóstico o, en todo caso, ateo. Cree en la igualdad a ultranza, a punto tal que junto a Angelina decidieron no casarse hasta que el matrimonio gay sea aprobado en todos los estados de EE.UU. Y de la pasión extrema, derecho a la paternidad.

Este torbellino que crearon Angelina y Brad se asimiló tan fácil que comenzó a mover todo lo que estaba a su alcance y sacudir sus cimientos. En seis años tuvieron tres hijos propios y tres adoptados, y están planeando su próxima adopción. Crearon la Jolie/ Pitt Foundation, que se encarga de colaborar con todas las causas humanitarias, como Médicos sin Fronteras, o Acción Global para Niños. Pitt también es el responsable de Make It Right, organización creada para ayudar a los damnificados por el huracán Katrina, y que hoy se dedica a diseñar hogares ecológicos y flotantes y a colaborar con víctimas de desastres naturales.

Hoy Brad Pitt pondera la familia ante todo, y afirma: “Estoy muy orgulloso de cómo sucedió todo con Jennifer y Angelina, fue muy respetuoso. Sé que la película (Sr. y Sra. Smith) significará algo para nuestros hijos y eso es lo que me importa en última instancia”.

Sí, podemos asegurar que Brad Pitt es lujurioso, porque vive su vida con absoluta pasión, sin descanso ni reparos. Y porque la lujuria puede tener una connotación positiva, que es ese desenfreno por vivir al máximo, sin límites ni ataduras.

Si le preguntan cómo le alcanza el tiempo para hacer tanto, él no se inmuta. Sonríe y responde:

“Mi teoría es ser como un tiburón y nunca dejar de moverme. Siento que no puedo parar. Creo que está en mi naturaleza”.

De aquel chico sexy que llenaba salas de cine por su cara perfecta y su carisma inigualable al hombre comprometido con causas humanitarias y padre de familia. De películas taquilleras a roles complejos y profundos. Cuando le preguntan por qué el cambio, sólo dice: “Me pasé demasiado tiempo fumando cosas que no debía, y eso determinaba mis decisiones”. Qui s’excuse s’accuse?

Definitivamente lujurioso, y nos encanta.

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